jueves, 20 de noviembre de 2014

La puerta

    La calle  es muy solitaria y callada, solo se escuchan los motores de los coches que pasan por la autopista que custodia mi casa, la puerta está cerrada y solo veo sombras atreves del cristal opaco, ¿quién está ahí?, se supone no hay nadie, ¿quienes son esos niños?, ¿que hacen ahí?, sin saber como (porque nadie me abre) entro a la casa... Veo a dos niños pequeños pero, ¿quienes son?, escucho la regadera, algo raro pasa, siento la presencia de alguien más, se supone mi papá esta solo... o no?. Sale una mujer que no logro reconocer y se ve muy alegre y sospechosa, cómplice de algo con mi papá, él sale del baño, se ve muy joven, feliz, diferente, podría decir que no es mi papá; ellos intercambian miradas de complicidad, tengo la boca seca, el estómago pegado, la mente vacía y no me atrevo a preguntar lo que no quiero escuchar pero que es obvio, pero ...porque?, como pueden?, que les pasa?.  

Algunas palabras salen expulsadas de mi boca preguntando si ese par de niños son de él y bloqueo mis oídos, no quiero saber  la respuesta, una mueca de obviedad se dibuja en la cara de ella, no necesito saber más, siento nauseas y quiero matarlos pero no puedo, no se que hago acostada en el piso y, de repente sale otra persona de la cocina con platillos y luego salen más y más personas de la cocina, es ésta una fiesta?, que festejan? que hacen?,mi mamá en el hospital y ellos festejando????...no aguanto más, no logro quitarme de la cabeza la imagen de mi papá, que no era mi papá.

Busco desesperada la puerta, la casa realmente es muy pequeña y con tanta gente se vuelve mas pequeña todavía, camino y camino, golpeo a la gente que se cruza en mi camino, los murmullos y las risas me taladran los oídos aunque, no se que duele más, si los choques con la gente, sus risas burlonas o la impotencia de ver lo que son capaces de hacer delante de mi y bajo las circunstancias de mi mamá en el hospital, mi pobre madre, por fin logro llegar a la puerta y logro recordar que hay algo que le molesta a él... azotar las puertas... Agarro la puerta y la abro hasta el tope, quiero que se caiga al azotarla, quiero molestarlo, quiero borrar esa sonrisa de su cara, aviento la puerta con todas mis fuerzas, con todo mi odio... no lo logro, la puerta se cierra en cámara lenta, la agarro y vuelvo a empujarla y pasa lo mismo, se cierra con la misma calma con la que aquella mujer reaccionó al darse cuenta de mi presencia.


Logro alcanzar la calle, solo quiero llegar a la esquina y dejar de estar en ese lugar, pero no avanzo, camino pero no avanzo, solo sigo escuchando las risas.

1 comentario:

ESCRIBICIONISTAS dijo...

Después de leer el texto me pregunto: ¿es algún exescribicionista quien ha escrito ésto? porque no lo reconozco.

¡Joder! el texto me deja varias preguntas, pero sobre todo, ¿entonces qué paso? no atino a imaginar un final.

(Yo)